Este libro se enfoca en la evolución de las estrategias para analizar y entender el teatro a lo largo del tiempo. Argumenta que es esencial adaptar y redefinir términos para reflejar los cambios en el concepto de teatro, el objeto de estudio y los contextos críticos. Aboga por un enfoque interdisciplinario que vea el teatro como una fusión de signos culturales y examine su función tanto en el objeto en sí como en su contexto social y cultural. Esta perspectiva se aplica no solo al teatro, sino también a otras formas de representación y objetos culturales, como la pintura, el cine, la fotografía y la antropología. El libro propone principios de la "pragmática de la cultura" para los estudios teatrales, que implica que las representaciones sociales y objetos culturales son prácticas interdisciplinarias en procesos de comunicación y legitimación. Ofrece conceptos y estrategias para comprender tanto las prácticas teatrales antiguas como las emergentes. Además, sugiere una lectura de los textos dramáticos del pasado para reconstruir las teatralidades que dieron forma a las puestas en escena en sus contextos históricos.
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