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20,90 €El escultor Jorge Oteiza (1908-2003) y el pintor Manolo Gil (1925-1957) se conocieron en 1955 en el proyecto de la Universidad Laboral de Tarragona (1952-1957). A partir de ese encuentro nació una estrecha relación personal y un fructífero diálogo artístico e intelectual, solo interrumpido por la repentina muerte del pintor. Esta relación influyó de forma decisiva en ambos artistas, justo en un momento clave de sus respectivas trayectorias. Oteiza estaba inmerso en su Laboratorio Experimental, que marcó su paso a la abstracción geométrica. Por su parte, Manolo Gil atravesaba un período de gran intensidad creativa, tanto en sus elucubraciones teóricas como en sus exploraciones plásticas, mayoritariamente figurativas hasta ese momento. Esta publicación analiza los detalles de ese encuentro profesional, así como el extenso conjunto de más de 50 collages experimentales desarrollador por Gil, que profundiza en el análisis de la composición espacial a partir de la utilización de formas geométricas y que se elaboró en estrecha colaboración con Jorge Oteiza. La publicación reproduce también el poema visual inédit