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12,35 €Manual de anfitriones se inspira en la obra homónima de Alexandre Balthazar Laurent Grimod de la Reynière, escrita tras la Revolución francesa. La sangre se esconde con manteles y con la ortopedia cÃnica y formal de la burguesÃa ascendente. Era una época, como la nuestra, con complejo de postrimerÃa y cada cual hubo de decidir a qué lado de la mesa, si arriba o debajo, preferÃa sentarse. Grimod inventó una forma de relato, domó la gastronomÃa hasta hacerla sexual, vio clara la relación entre el comercio y el gusto, el paladar y la ética. Almanaques, pues, que son ars vivendi. Escribió, por ejemplo: «Hay demasiado vino en el mundo para las misas y demasiado poco para hacer girar los molinos, bebámoslo pues». Del mismo modo, el libro que tiene entre las manos habla de hambre, de revoluciones domésticas y utopÃas épicas. Habla de amor, de empatÃa, de conciencia. En fin, la literatura es el arte de contar lo mismo como si fuera nuevo, y también es una conversación Ãntima que no se somete al tiempo ni al espacio, y también una orgÃa de la palabra que ahuyenta los cánones y las etiquetas, y también una forma personal y única de sorprenderse. Y, sÃ, esta poesÃa es también una guÃa de perplejos, tÃtulo de una obra de Javier Muguerza que es la segunda inspiración con la que se pone en diálogo, y seguirÃamos hablando, pero nos hemos quedado sin más sitio en esta contraportada.