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8,08 €Esta vez no estábamos cenando ni sonó un ruido en el tejado. Estábamos comiendo y llamaron al timbre. Pero la sorpresa fue igual de emocionante, porque cuando abrimos la puerta, allà estaba Clarisse, y no venÃa sola... VenÃa con un regalo para mÃ, un regalo que se movÃa y que podÃa ser cualquier cosa. Lo que estaba claro es que a partir de entonces serÃa mi mascota, y que mi madre no podÃa enterarse de nada.