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17,01 €Â«Ya no soy una mujer casada, sino una esclava. Mis amos van sentados delante en el vehÃculo que me lleva hacia una vida de reclusa.»
Yinan hacÃa tiempo que sabÃa que un dÃa u otro se verÃa obligada a salir huyendo con lo puesto. La sensación de peligro inminente por la cercanÃa de los combatientes del Estado Islámico planeaba sobre su aldea desde los primeros dÃas del verano de 2014 y, con ella, la horrible premonición de que algo estaba a punto de desaparecer. Y ese algo era su mundo, el de los yazidÃes, un pueblo instalado al pie de los montes Sinyar, en el norte de Irak, seguidores de una religión preislámica y, a ojos de los yihadistas del Dáesh, por tanto, infieles.
Huyeron, pero no llegaron muy lejos. Yinan, con solo dieciocho años, es apresada, igual que su cuñada, Amina, de apenas doce. Lo que vino a continuación fueron tres meses de infierno. Vendida a dos combatientes ?un policÃa y un imán?, Yinan compartió cautiverio con otras cinco mujeres. Que por suerte no tardaron en aliarse para tratar de escapar del único destino que, según los yihadistas, merecen las mujeres infieles: la esclavitud.